La enfermedad renal crónica es la pérdida gradual de la función renal. Los riñones filtran los desechos y el exceso de líquido de la sangre y luego los excretan a través de la orina. Aproximadamente 850 millones de personas en todo el mundo viven con algún grado de enfermedad renal.
En algunas situaciones, estas personas deberán someterse a un proceso conocido como hemodiálisis para mantener o mejorar su condición médica. Un hemodializador limpiará la sangre del paciente extrayendo toxinas, ácidos y el exceso de líquidos. Sin sesiones de hemodiálisis, pocos pacientes podrían sobrevivir a sus fallas renales. Por lo tanto, los pacientes renales comienzan rápidamente sus terapias y reanudan parte de sus vidas a pesar de la condición. Sin embargo, la enfermedad renal presenta varios factores que pueden desencadenar estrés y llevar a una recuperación difícil.
Factores de estrés para pacientes con enfermedad renal
Varios factores desencadenantes pueden causar situaciones estresantes y dañinas para el paciente con enfermedad renal:
- los efectos de la enfermedad y su tratamiento: los síntomas de la enfermedad renal y algunos aspectos del tratamiento pueden ser desagradables en ocasiones
- limitaciones funcionales y disfunciones sexuales: puede resultar molesto no poder participar en las actividades que solía realizar
- restricciones de tiempo y miedo a la muerte: la enfermedad renal puede acortar su vida
- costos del tratamiento: los tratamientos pueden tener un costo prohibitivo si no tiene seguro
- pérdida de empleo y desempleo: más del 50% de los pacientes con enfermedad renal crónica tienen que dejar el trabajo después de comenzar los tratamientos de reemplazo renal
Estos factores desencadenantes pueden generar conflictos familiares y frustraciones hacia el personal médico.
La consecuencia del estrés en la vida de los pacientes renales.
Depresión y ansiedad
Un diagnóstico de trastorno depresivo ocurre cuando el paciente experimenta un estado de ánimo deprimido o pérdida de interés y placer en las actividades diarias durante al menos dos semanas. Es el problema más frecuente y considerado uno de los más importantes por el riesgo de suicidio o incumplimiento del tratamiento de diálisis.
La depresión y la ansiedad pueden afectar los resultados médicos de diferentes maneras; puede llevar al paciente a negarse a tomar la medicación, seguir el régimen de diálisis o caer en un estado de desnutrición o anorexia. Es por eso que controlar el estado de ánimo del paciente renal debe ser un elemento esencial de cualquier plan de tratamiento de diálisis.
Trastorno de conducta
Los trastornos del comportamiento están asociados con las percepciones de los pacientes sobre la disminución de su calidad de vida. Los pacientes comienzan a verse a sí mismos como una carga para sus familias, lo que desencadena conflictos recurrentes dentro del núcleo familiar, lo que lleva a algunos pacientes a volverse hostiles y agresivos.
Disfunción sexual
Los pacientes con enfermedad renal crónica tienden a tener disfunción sexual debido a la uremia, neuropatía, enfermedad vascular, depresión y problemas con las drogas. Las disfunciones se traducen en disfunción eréctil, disminución de la libido, trastornos menstruales e infertilidad.
Conclusión
Los pacientes con enfermedad renal crónica deben recibir más del tratamiento terapéutico habitual proporcionado 3 o 4 horas al día durante tres días a la semana. La salud mental del paciente debe estar a la vanguardia del tratamiento dados los numerosos factores desencadenantes que pueden conducir a un estrés agudo con sus consecuencias.
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Bibliografía.
Manual de Diálisis 4ta y 5ta edición, John T. Daugirdas, Peter G. Blake, Todd S., ING
DSM 5 (manual diagnóstico y estadístico de trastornos mentales)
Estrés familiar y adherencia terapéutica en pacientes con enfermedades crónicas (bvsalud.org)